#25: Formar, deformar, reformar, transformar – Parte 1.

¿Te has preguntado alguna vez, cómo podemos crear y mantener posturas físicas en todo tipo de ángulos y disposiciones, y aún así, recuperar nuestra forma “original”?

La respuesta está en la bio-tensegridad, un concepto clave que revela la relación entre tensión y compresión en el cuerpo físico. No se trata simplemente de la tensión o la compresión en sí mismas, sino de la relación de integridad entre ambas, que permite que el cuerpo, a través de esta red de fuerzas, soporte cambios de posición sin sucumbir ante la gravedad.

Kenneth Snelson –
Needle Tower (arriba) y X Piece (abajo)

Se dice que aunque algunos trabajos escultóricos de “proto-tensegridad” se vieron antes, fue el artista estadounidense Kenneth Snelson quien desarrolló esculturas que mostraban cómo la tensión y la compresión flotante podían interactuar. Según Snelson, su arte explora los patrones de fuerzas físicas en el espacio tridimensional. Estas obras permitieron más tarde formalizar el concepto de tensegridad, en el que tensión + compresión = integridad.

Cuando se estudia en un organismo biológico, se llama biotensegridad: una red dinámica que organiza la estructura tridimensional del cuerpo.

Entonces, en nuestro cuerpo, existen una red de tensión continua formada por la fascia y las articulaciones, además de elementos de compresión discontinuos que serían los huesos. Estos actúan como espaciadores, suspendidos en el espacio gracias a la red de tensión. Las articulaciones, en lugar de ser simples puntos de apoyo, son más bien puntos de tensión flotante, que colaboran con la red para distribuir las fuerzas.

Cuando hablamos de Biotensegridad nos encontramos con, al menos, tres leyes:

  1. Una estructura de biotensegridad es una red continuamente conectada y tensada que soporta puntales de compresión discontinuos.
  2. Es una estructura autoportante, lo que significa que puede mantener su forma sin necesidad de marco externo e independientemente de la gravedad gracias a la tensión preexistente. 
  3. Es un sistema completo autónomo. Todos los componentes están vinculados dinámicamente de modo que una fuerza ejercida sobre cualquier parte del sistema se refleja en toda la estructura.

Este último punto me parece crucial al practicar asanas ya que, aunque intentemos aislar una acción, las fuerzas se distribuyen a través de todo el sistema lo que es un cambio de paradigma importante. Tradicionalmente, hemos estudiado el cuerpo desde la perspectiva musculoesquelética, entendiendo huesos, músculos y articulaciones como elementos separados que funcionan de manera independiente, como palancas en puntos de apoyo estables. Sin embargo, esta visión se ha quedado corta pues: ¿Qué mantiene conectadas todas las partes? La fascia.

Y entonces, ¿qué es la fascia?

  • Es el nombre dado a cierto tipo de tejido conectivo. Son fibras sensoriales activas, que interactúan profundamente con el sistema neuronal y circulatorio.
  • Es una red interna que, a través de las propiedades de las biotensegridad, mantiene la forma de nuestro cuerpo, siendo la única razón por la que los huesos no chocan entre si y por la que la estructura completa no colapsa al enfrentarse a la fuerza de gravedad.
  • Es la cosa entre medio, ese tejido que antes se descartaba en las disecciones porque se consideraba irrelevante. Ahora sabemos que la fascia es esencial para la estabilidad, el movimiento y la forma del cuerpo.

El descubrimiento de la importancia de la fascia ha significado un cambio de paradigma, dejando a la pregunta sobre «qué músculos» participan en un determinado movimiento casi obsoleta. Esto porque ahora entendemos que los músculos no son unidades funcionales, por muy común que sea esta idea errónea. En realidad, los movimientos son generados por múltiples unidades motoras distribuidas entre varios músculos, cuyos esfuerzos se integran en la red fascial. Esto nos lleva a una nueva comprensión: ningún músculo o hueso se mueve sin la intervención de la fascia.

Consideremos nuestra columna vertebral:

En la imagen que hemos visto siempre, la columna parece una pila de vértebras apiladas sobre la pelvis. Sin embargo, como aprendimos más arriba, en un cuerpo sano, los huesos no se tocan entre sí. Además, según las reglas más elementales de la arquitectura, la columna vertebral no es una columna ya que no es una estructura rígida y lineal, sino una curva en forma de «S» que puede manejar cargas, posiciones y movimientos diversos sin colapsar bajo la fuerza de gravedad.

En la imagen podemos ver un modelo de Biotensegridad desarrollado por Tom Flemons.

Revisando hacia atrás, me sorprende darme cuenta cómo la idea de que nuestros cuerpos no son máquinas ha sido una constante en mis newsletters, desde el primero, donde abordé este tema que, aunque parece obvio, sigue revelando capas más profundas a lo largo del tiempo. Sabemos que esta metáfora surgió durante la revolución industrial y que, en ese contexto, pudo haber sido útil y probablemente necesaria.

Sin embargo, este modelo es limitado y no captura, en ninguno de sus sentidos, la naturaleza viva y dinámica de nuestros cuerpos. Además, como hemos visto en otras ocasiones, tiene consecuencias políticas importantes. Aceptarlo implica abrazar una visión reduccionista y anticuada que nos convierte en simples engranajes, fragmentándonos en partes cada vez más pequeñas con funciones cada vez más específicas. Este enfoque ignora la realidad de que, más allá de sus componentes individuales, es la interacción, la comunicación, la relación entre las partes lo que define la experiencia de habitar un cuerpo vivo, en constante transformación. No somos estructuras fijas. Somos, como mínimo, organismos biológicos no lineales que gestionan fuerzas dinámicas con fluidez. Esta visión más integral nos ayuda a entender que el cambio de paradigmas, aunque puede ser complejo e incluso doloroso, es necesario. Requiere tiempo, estudio y, en el contexto de las asanas, experimentación y práctica. 

Nos vemos en el mat.

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Te deseo un lindo equinoccio de primavera, que la primavera en vez de alergias, te traiga muchas alegrías.

Muchas gracias por leer, ¡hasta la próxima!

🫀

Publicado por Alejandra

Yoga y +

2 comentarios sobre “#25: Formar, deformar, reformar, transformar – Parte 1.

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