«Los seres humanos de carne y hueso son criaturas húmedas, no secas.»
Hola, espero estés bien y que la llegada del otoño te sea amorosa en estos tiempos exigentes y complejos.
En este Newsletter encontrarás una actualización sobre mis clases de yoga y los próximos talleres, además de una reflexión que combina la práctica física de asanas, Patañjali y la Teoría Computacional de la Mente (TCM), say what?!
Para concluir, te comparto lo que yo considero una app/joya, especialmente si estás interesada en la conexión respiración-sistema nervioso.
Comencemos:
C L A S E S *D E * Y O G A
Estoy feliz con cómo se han ido desarrollado las clases durante marzo.
Clases Presenciales:
Con cada nueva semana, las clases de la mañana en Mahatma se van consolidando, con un grupo que combina a nuevas practicantes con practicantes más antiguas, algunas a quienes no veía desde antes de la pandemia. El rencuentro en 3D ha sido muy emocionante.
Clases Online:
Un de los aspectos que más me gusta de las clases online, aparte de que el formato permite conectarme con practicantes en diferentes ciudades, es que la práctica la realizan en sus espacios personales, cosa que me parece hermosa. Lo veo como una gran oportunidad para el desarrollo progresivo de una práctica personal donde tener un mat y un espacio para ponerlo sea suficiente para comenzar a practicar. Hay cupos así que, si te interesa sumarte, bienvenida/o.
T A L L E R E S
Aparte del prometido ciclo de talleres en relación al dolor sacro-ilíaco y caderas; junto con un grupo de profesoras a quienes admiro mucho, estamos preparando un ciclo de talleres para profesores de yoga de todos los métodos a quienes les interese observar la enseñanza desde diferentes perspectivas. Mi turno será el día sábado 23 de abril, entre las 15.00 y las 19.00hrs.
Cuando tenga clara toda la información, fechas y formatos, crearé un newsletter dedicado exclusivamente a compartir esa info, así que si te interesan estos temas, asegúrate de estar inscrita. En caso de que no lo hayas hecho, puedes hacerlo aquí.
N O * S O M O S * M Á Q U I N A S
El epígrafe de ahí arriba es una cita de un libro de la gran Siri Hustvedt llamado «Los espejismos de la certeza» donde, en un poco más de 300 páginas, paseándose con igual ganas por ciencia y filosofía, comparte diferentes teorías que han existido sobre la relación entre el cuerpo y la mente. Y esto, ¿qué tiene que ver con el yoga?, te preguntarás. Bueno, desde mi punto de vista, muchísimo.
Una de las «definiciones» de yoga más conocidas es la que expone Patañjali quien, en los Yoga Sutras (siglos IV – V DC), sistematiza este gran conocimiento -que era anterior a él- y, entre otras cosas, dice:
Yogaś-citta-vṛtti-nirodhaḥ
Traducido tradicionalmente como «Yoga es el aquietamiento de las fluctuaciones de la mente».
Si tuviera que definir mi relación con Patañjali y los yoga sutras a lo largo de estos años como practicante y profesora de yoga, diría que es complicado. El asunto es que, más allá de mis gustos -o disgustos- personales respecto a un texto, como profesora, considero importante recordar continuamente que el yoga es una materia/práctica que tiene milenios de antigüedad y que, si bien el contexto actual difiere muchísimo de lo que pasaba en esos momentos en el Imperio Gupta, original y tradicionalmente las asanas que practicamos hoy están contempladas como medios para lograr un fin. No eran un fin en sí mismo.
En este sentido, tanto si llevas años tratando de poner tu pierna detrás de la cabeza, como si tú práctica fluye como agüita de manantial, siempre puede resultar interesante abrirse a la perspectiva filosófica e histórica de la práctica e incorporar puntos de vista que hagan de ella algo que vaya más allá de lo físico. Pues, en términos sencillos: la práctica de yoga es una tecnología diseñada para ir más allá de lo físico, no porque este aspecto no sea importante, sino que es como usar el cuerpo como trampolín para ir más allá.
Más allá, más allá… ¿dónde?
La filosofía del yoga tiene una explicación para todo, desde los componentes del universo, la naturaleza, al cuerpo, la mente y el espíritu pero, dónde vas más allá de tu cuerpo físico depende bastante de tu sistema de creencias. Entonces te pregunto: ¿Somos solo cuerpo físico?, ¿tenemos un espíritu? y, si el espítitu existe ¿qué es realmente?, ¿es nuestra consciencia algo superior a las células que componen nuestra materia o existe solo mientras está ligada a ellas?
Mira, preguntas hay. Respuestas, no sé si tanto.
Y es ahí donde conecto con Siri Hudsvet quien considera que todas estas preguntas son importantes. Lo que más me gusta del libro es que muestra cómo, especialmente luego de la revolución industrial, se inicia la comparación del cuerpo humano con una máquina (por ej: la circulación sanguínea es como un sistema hidráulico) y, ya más tarde, del cerebro y/o la mente con un computador. Y es muy hermoso cómo el misterio de la relación cuerpo/mente sigue de lo más abierto: «Entonces, ¿cómo se convirtió en un axioma la imagen del cerebro como dispositivo computacional? (…) Resolver un problema aritmético es computar; soñar despierto, no.»
Amo profundamente la insistencia que hay en el libro de que, hasta donde sabemos, no somos máquinas. De que la humanidad creó a las máquinas y a los computadores y no lo contrario. Parece una idea sencilla, hasta obvia: Por supuesto que no somos máquinas.
Entonces, ¿por qué a veces -muchas veces- nos tratamos como tales?
A P P / J O Y A
El 2020 tomé clases de Pranayama con Robert Moses, practicante devoto, dedicado y generoso. Es gracias a él que conocí «The Breathing App«, una app de diseño sencillo pero sumamente efectivo, que fue creada con la idea de tener una herramienta para poder generar un ritmo de respiración conocido como resonancia. Este tiene como resultado un balance del sistema nervioso autónomo, aportándonos, entre muchas otras cosas, un estado de calma y presencia profundas.
Es una gran herramienta, completamente gratuita, que te puede servir como guía tanto si te estás iniciando la exploración de la respiración, como si ya tienes experiencia.