Luego de varios años de práctica de yoga Iyengar con diferentes profesoras y profesores, encontré en las clases de la Ale el espacio que buscaba. De una profundidad, sensibilidad y amabilidad maravillosas, combina sus amplios conocimientos con un estilo respetuoso que permite a quienes tenemos alguna condición – en mi caso problemas cervicales- seguir explorando a través del cuerpo cada día lugares nuevos, tanto en el plano físico como mental, emocional y espiritual. Ha sido un privilegio recorrer el camino del yoga bajo su guía sabia y amorosa.