El cambio del año 2019 al 2020, entusiasmadas e ilusionadas con un nuevo comienzo, junto a mi familia y seres queridos, realizamos el típico ritual de escribir en un papel aquellas cosas que deseábamos dejar atrás, para luego quemarlo. Como buena millennial, le saqué una foto al papel quemándose y la compartí en instagram con la etiqueta «Fincipio». Poco sabía yo (y todas), que vendría una pandemia que cambiaría el curso de las cosas, marcando un antes y un después en la experiencia humana en el planeta Tierra. Pero eso es harina de otro costal.
Más allá de pandemias y los cambios, sigo reflexionando sobre la conexión entre el final y el principio, entendiendo que el fin es también un principio, y viceversa. Nada ilustra esto mejor que el cambio de un año a otro.
Aquellos que han asistido a mis clases saben lo importante que son para mí los ciclos de la naturaleza y las estaciones. Siempre intento recordar a quienes practicamos ese ritmo latente pero importante con el que siempre podemos contectar. O al menos eso pensaba yo pues, este fin de año me encuentra inmersa en un movimiento energético muy nuevo, en un proceso profesional que no tendrá descanso en el verano, rompiendo así con la rutina de los últimos años.
La pregunta que surge es: ¿Cómo se unifican estas energías? Existe una aproximación intelectual a los procesos internos a través, por ejemplo, de la escritura, la terapia y el estudio. La observación del fincipio como concepto, proviene de allí. En la práctica, a veces con mayor y otras con menor resistencia, los ciclos siguen su curso de forma natural. Todo lo que comienza tiene un fin, y toda contracción es seguida de una expansión.
Específicamente en la práctica física del yoga, esto se experimenta desde lo «micro», donde al fin de la exhalación le sigue, tarde o temprano, una inhalación. A lo «mediano», donde una asana se conecta con la siguiente en la secuencia de la clase. Y a lo «macro», donde lo que aprendemos en el ciclo de un año de práctica sienta las bases para el año siguiente.
Personalmente, aprecio esta manera de ver las cosas, ya que me permite conectarme de manera saludable (aunque no necesariamente menos dolorosa) con los finales y los inicios que se presentan en tantos niveles en nuestras vidas día a día.
Han pasado casi dos meses desde que no doy clases, extrañando el ritmo tranquilo que implicaba tener el privilegio de practicar durante horas y compartir lo que surgía de la combinación entre la práctica personal y el estudio. Considero este «cierre temporal» como una oportunidad para explorar nuevos horizontes y crecer en otras dimensiones de mi vida. Este período de pausa en las clases se convierte, para mí, en un espacio de crecimiento, observación y autorreflexión. Los fincipios me enseñan que cada final es el comienzo de algo nuevo, y en este caso, estoy emocionada por las posibilidades que se abrirán durante este tiempo en el que, de «profesora y practicante de Yoga», seré simple y profundamente: «practicante».
Conectándome con los recuentos y reflexiones típicas de esta época del año, quiero compartir contigo algunas recomendaciones que considero inspiradoras. Algunos de estos libros han sido faros espirituales en mi camino, y los trabajos audiovisuales me han permitido hacerme preguntas importantes y generado mucha emoción. Quizás resonarán contigo también:
Cómo se convirtieron en líderes de sectas, la serie.
En forma de «manual», con humor irónico, animaciones e imágenes impactantes, esta serie (Netflix) trata un tema que, como practicantes de yoga, debería interesarnos: Las características y métodos utilizados por líderes de sectas para conseguir el amor, el dinero y la entrega incondicional (hasta la muerte), de sus seguidores.
Algunos «líderes» presentados son: Charles Mason, Shoko Asahara, Jaime Gómez, etc. (puros hombres).
Tao Te Ching.
Tengo alrededor de 10 diferentes traducciones del Tao, (un libro de hace más de 2.000 años). Me acompaña desde que tengo alrededor de 12 años y siempre me ha entregado sabiduría y calma. Esta traducción de Ursula K Le Guin, quien también se alegra de haber conocido el libro cuando era niña, nace desde el amor al texto mismo y de la intención de alejarlo de la tradición de «manual para gobernantes» (aunque no estaría nada de malo que nuestros gobernantes lo leyeran y aplicaran), haciéndolo «accesible al público actual, no sabio, no poderoso, quizás no masculino, no esotérico, pero si capaz de escuchar esa voz que habla el alma».

Antología Mística Femenina.
Encuentro sumamente inspiradora la experiencia extraordinaria y radical del amor místico y este libro rescata la experiencia personal de mujeres (tanto laicas como religiosas cristianas) con lo sagrado, expresado intensa y hermosamente en palabras e imágenes. Es una selección que sirve como guía de entrada a otros relatos. El libro se divide en dos partes y, en la segunda, se acerca a la lectura mística de artistas mujeres, desde el siglo XIX en adelante. Es muy inspirador.
Toda Culpa es un Misterio, Gabriela Mistral.
Cotinuando con la conexión entre la espiritualidad y el arte, esto libro, regalo muy preciado de mi colega Macarena Gonzalez, rescata la búsqueda mística y religiosa de Gabriela Mistral. Este libro también está dividido en dos, prosa y verso, y es una joya que revela la profundidad del estudio y la reflexión que Mistral hizo durante su vida en relación a lo espiritual. Tema que, luego de leer estas reflexiones y creaciones, sin duda, permea hacia toda su obra.
La Maravillosa historia de Henry Sugar, cortometraje de Wes Anderson.
¿Se puede ver sin los ojos?. Una vez que se logra obtener el poder que una busca, ¿cómo lo vamos a usar?
Basado en un cuento de Roald Dahl, con su estética característica, cuidada y colorida, este corto de Wes Anderson me pareció muy hermoso. Relata, (entre otras), la historia de Imdad Khaln, un hombre que dice que puede ver sin usar los ojos. Imdad, aprendió y desarrolló sus poderes de «El Gran Yogui» quien, de mala gana, le comparte sus conocimientos.
También en Netflix.
Espero que este fincipio de año esté siendo lindo para ti. Las clases de yoga en La Salita siguen de manera regular, toda la información de horarios, valores y formas de inscripción está haciendo click aquí. Yo con esto me despido de los Newsletter, que estarán en pausa hasta mediados del próximo año, quizás antes, quizás después, ¿quién sabe? 😉
Como siempre, y especialmente en estos momentos, muchísimas gracias por leer.
¡Hasta la próxima! 🫀





Un comentario en “#20: Fincipios, o cómo un Fin es un Principio, (y viceversa).”
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